Esta inmensa trinchera natural separa el núcleo urbano de El Pueblo de Tijarafe del vecino barrio de El Jesús. Debe su nombre a los agujeros naturales que la erosión ha tallado en sus laderas y que los locales conocen como juras. El viajero francés René Verneau, que lo recorrió a finales del siglo XIX, dejó escrito que una de estas aberturas, hoy desaparecida, servía para cruzarlo de lado a lado. Así que el actual sendero GR 130 sigue atravesándolo, pero esta vez por el cauce. Por el interés paisajístico que aportan estas peculiares formaciones geológicas, el Barranco del Jurado es un Espacio Natural Protegido. Ya en la costa, donde se encuentra con el mar, forma una pequeña cala de arena y callaos a la que también da nombre.

El Barranco del Jurado está formado por materiales basálticos que,  tras la erosión da lugar a paredes casi verticales que pueden llegar hasta los 620 metros de altitud. Es característico del lugar, el espigón con agujeros de su ladera izquierda, producto de desplomes erosivos, bajo el cuál pasaba un antiguo camino real. Los abruptos escarpes del barranco albergan poblaciones de aves como  grajas (Pyrrhocorax pyrrhocorax), palomas “turque” (Columba bollii), palomas “rabiche” (Columba junoniae), cernícalos (Falco tinnunculus), junto a interesantes especies protegidas como almácigos (Pistacia atlantica) entre otros. 

En algunos tramos del barranco se desarrollan actividades agroganaderas, por lo que se pueden encontrar pequeños bancales, plantaciones de frutales o ganado carpino.

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